El Damasco Turco tiene muchas propiedades! Es rico en caroteno, que es la forma vegetal de la vitamina A que, según los estudios, ayuda a prevenir varios tipos de cáncer como el de estómago, pulmón, vesícula biliar, esófago y garganta. También tiene pectina y celulosa que facilitan el
Además de ser muy práctico en su versión disecada, el damasco en sí es una excelente fuente de nutrientes que hacen una enorme diferencia en la calidad del funcionamiento de nuestro organismo. Más allá de tener una cantidad relativamente baja de carbohidratos (11 gramos de estos macronutrientes por cada 100 gramos de fruta), aporta una alta cantidad de fibras, por lo que proporciona saciedad, principalmente cuando el damasco se combina con oleaginosas. Por ello, se convierte en una alternativa interesante al consumirlo con nueces, almendras, avellanas y castañas, por ejemplo. Idealmente agrega entre 1 y 2 damascos secos por día a tu dieta, ya sea en el desayuno como en snacks entre comidas.
Gracias a su riqueza en betacarotenos, esta fruta tiene un alto poder antioxidante. De este modo, podemos prevenir el envejecimiento celular que nos provocan los radicales libres.
Previene muchas enfermedades de la vista, como por ejemplo la degeneración de la retina, la ceguera nocturna o la pérdida de visión. Esto se debe a su contenido en vitamina A. Existe evidencia conforme dicho nutriente es esencial a la hora de prevenir la degeneración macular.
Contiene potasio, por lo que combaten la retención de líquidos que nos causa hinchazón y edemas en el cuerpo. Al mismo tiempo, reducen la hipertensión arterial.
Reduce la tendencia a sufrir calambres en las piernas.
Equilibra el sistema nervioso y calman estados de estrés y ansiedad.
Regula los niveles altos de colesterol en sangre.
¡También es bajo en calorías!
¡Es el snack perfecto!